sábado, 21 de noviembre de 2015

"Vos sos hermosa, y me gusta cómo te queda ese vestido"

Viernes.
Primavera, linda noche, calor.
Hacer tiempo, caminar, pensar.
Verte llegar.
Amigos, risas, Placebo, Rammstein, Nine Inch Nails, Korn, Slipknot, vos.
Cerveza, fernet, papas fritas.
¡Qué lindo sos, San Telmo!
Abrazos vergonzosos, miradas encontradas, como la primera vez allá en julio.
Beso va, beso viene, me sonreís. Esos encontronazos feroces que te pintan en la calle. Siempre.
Bolichín. Alcohol y más amigos.
Caminar, no damos más.
Dormir en la calle, dormir en el bondi.
Caminar al rayo del sol.
- Sos lindo
- Vos sos hermosa, y me gusta cómo te queda ese vestido
- Ay mentira
- Parece que le sacaste un mantel a tu vieja, pero estás hermosa
Dormir. Juntos. Otra vez.
¿Por qué?
No me sale, no siento nada. No te quiero.
Dormir. Verte la espalda. No es esa la espalda que quiero ver cuando me despierto.
No es esa la cara que quiero ver, no es esa la respiración que quiero escuchar.
Me doy vuelta, me abrazás, me besás el hombro, seguís durmiendo abrazado a mí.
No pego un ojo.
No puedo, no quiero, me quiero ir.
Pasa la hora.
No duermo, me impaciento, me quiero ir.
Ganas de llorar.
Ganas de darme vuelta y que no seas vos el que está ahí.
Sos lindo, lo sos, sos muy lindo.
Pero no sos para mí, ni yo soy para vos.
Te vas en un mes, no te veo más, no me interesa verte, no te voy a extrañar... creo.
Y mientras me incomoda en demasía tu cercanía, se me revuelve el estómago pensando en cuanto lo extraño.
Él, su perfume, sus besos, sus abrazos, su espalda, su cara al dormir, su respiración en mi espalda, su mirada, su risa, su cara de dormido a la mañana, sus besos con gusto a cigarrillo y cerveza. Todo.
Mi forma retorcida de darme cuenta que estoy enamorada de alguien.
Enamorada de alguien que me ignora.
Y durmiendo con alguien que no me interesa.
Qué cosa la vida, che.

domingo, 15 de noviembre de 2015

2015. No cambio más. 2da parte.

A ver, explicame.
Comentame, decime, haceme entender por qué estoy un domingo a la tarde llorando en la cama como si tuviera diecinueve años.
Pegame en la cabeza hasta que me entre el por qué. POR QUÉ SIGO QUERIENDO DE MÁS. POR QUÉ SIGO ESPERANDO QUE ME QUIERAN DE LA MISMA FORMA QUE YO QUIERO. POR QUÉ QUIERO TENER LA MISMA IMPORTANCIA EN SU VIDA QUE ÉL TIENE EN LA MÍA.
POR QUÉ.
No soporto más esta situación imbécil de ser siempre la que está mal, la que sufre, la que llora, la que no es correspondida. Por qué para los demás es tan fácil? Por qué todos pueden encontrar a alguien y empezar a caminar juntos sin diez mil piedras en el camino como las que encuentro yo?
Siempre siento mal. De más, de menos, a destiempo. Siempre se complica el camino, siempre es todo una cagada. Entonces estoy acá, sufriendo, siendo la pelotuda de la historia, la que sale perdiendo y no puede ganar absolutamente nada.
Me pasa por idiota, por tirar todo a la basura por un flechazo. Por, una vez más, no dejar que el cerebro piense y seguir al corazón en sus eternas carreras que terminan dejándome la cara estrellada contra la pared.
Me merezco este dolor? Me merezco vivir para estar mal? Ya no se ni que es verdad, qué es mentira, que es justo o que es injusto. Sólo se que este dolor es cada vez más grande y me cuesta vivir llevándolo en los hombros.
Me pesa, me duele, me frena, me desinfla, me saca las ganas de todo.
Tu ausencia, tu indiferencia y tu desamor me pesan, me duelen, me frenan, me desinflan y me sacan las ganas de todo.
No pido más que un beso, una sonrisa y un abrazo, pero parece que por algún motivo no soy merecedora de eso. Y acá me quedo, y acá te espero, hecha pedazos (otra vez).