sábado, 19 de mayo de 2012

Ahí va: loco, loco, loco.

Vamos, disfruta el presente,
nada hermano es para siempre.
Lleva toda la energía,
siempre dispuesta a ponerla en la vida.
Busca hermano una sensación
que palpite en tu corazón, 
¡Vamos hermano, destruye el bajón!
Tu cuerpo es grotesco y desagradable
Tu sonrisa es sobradora, aniquiladora de sentimientos
Tu carácter es sobreactuado
Tu ego ocupa el noventa y nueve por ciento de tus pensamientos
¡Lo que te importa sos vos, y nadie más que vos!
Estúpido hombre,

Si consiguieras ser un poco más sensible
Comprenderías por qué mi vista ahora apunta a esa mujer.

Lago en el cielo.

Me desperté una fría mañana de otoño, miré mis frías manos, casi moradas. Rocé mis yemas con la palma y sentí una electricidad que me recorrió todo el cuerpo. No quería tiritar, el frío es una de esas cosas que quiero ocultar como si me diera vergüenza. Salí y el viento me dio en la cara, el colectivo tardó mucho, como siempre, es costumbre. Por la ventanilla aprecié un paisaje conocido, familiar, usual. Pensé, reflexioné y hasta me enojé conmigo misma por ejercer tantos cambios juntos sin consultármelos. Observé los rostros desconocidos, uno detrás de otro y ninguno me pareció bello, ni siquiera interesante. Finalmente me pregunté qué me sucedía... y eso se respondió solo, la única razón era su sonrisa, su abrazo y su alegría. No necesitaba nada más.