Your head is full of nothing.

Welcome everybody! Here we are. Otro 17 y van, pasan, by myself. Estoy contenta por ayer, porque de improviso disfruté de un muy buen recital de Pericos, esas bandas con las que uno se cría y después abandona, pero cuando las escucha le sigue produciendo ese "algo" que lo emociona y lo vuelve a enamorar. Gracias, me alegraron el día (más que nada Juanchi sacándose una foto conmigo a escondidas del resto de la gente). Pero siempre, siempre, siempre (ah, se creía Silvina Escudero) surge algo malo de todo lo que parece ser bueno.
En primera instancia porque es 17, y ya no me gustan los 17, me hacen mal. Antes amaba los 17, ahora quiero borrarlos del almanaque; arrancarlos, tirarles nafta y verlos arder en una enorme llama. Además, como si esto fuera poco tengo que lidiar una vez más con esa "etnia" de gente que me pone los pelos de punta. ¿A quién me refiero? A los "copia-pega" como bien los bauticé en alguna que otra entrada escrita hace aproximadamente un año. Pero en aquel momento era únicamente por los libros (ejemplo: Abzurdah) y todas esas estúpidas que transcriben cosas y se creen geniales por eso. ¡NO NENA! Si no lo viviste no sabés lo que es, no sabés lo que es llorar de real dolor, sufrir, sangrar y demás cosas que no quiero dejar plasmadas acá porque no son para ventilar. Pero bueno, yo las viví, y si transcribí alguna vez es porque encontré allí las palabras exactas para describir lo que sentía, que en muchas ocasiones es más que complicado. De todos modos ese libro me parece cada vez menos interesante. Ahora bien, a esta gente insoportable se le suma otro tipo de gente insoportable, que es la gente sin personalidad que nos rodea a todos, all the time. La gente que no sabe lo que quiere, que se deja llevar por cualquier cosa, que ama todo lo que aman los demás (me recuerda a la película "Thirteen"). La personalidad es, para mí, un factor fundamental en cada uno de nosotros y el hecho de no tenerla nos definiría como "entes" y ya no como personas en el real sentido de la palabra. Y bueno, eso era lo principal, pero estoy con una mezcla de sentimientos súper extraña y quiero enterrar la cabeza en la tierra para no escuchar ni ver ni soportar a nadie. Basta, me cansé de todo, estoy histérica y me molesta tener que recordar a gente que jugó conmigo, porque duele y no quiero que duela. Sufro, me angustio, pero (detalle importante) ya no lloro, por nada ni por nadie. No es porque nadie lo merezca, sino porque me reservo mi agonía para mí, no quiero desparramarla. Ya no más. 
Hoy tengo un 15, mañana un día "decisivo" y después una fiesta. Espero poder conservar la saliva dentro de mi boca y no dirigirla al medio de tu rostro (seguro que no lo hago, qué asco).
Me harté, me fui, muerte al mundo.

Esta ha sido una reflexión patética, sin sentido, y plagada de emociones. Au revoir.