Los cuentos de hadas no son para mí.

Buenas noches. Hace mucho que no escribo. Feliz navidad para aquellos que creen y feliz sufrimiento para aquellos que son como yo y lo único que pueden hacer en navidad es reflexionar sobre aquellas cosas que no salieron como esperaban

Y bueno, simplemente eso. Lunes ooootra vez, sobre la ciudad ♪. Ayer estaba súper depressed y convengamos que hoy también, pero logré un pequeño aunque importante avance en lo que respecta a mi vida actual (y no tan actual, ponele). ¿A qué voy? Sí, a eso que usted cree (?). Sabía que ese "te amo" dirigido hacía mí lo tenía que tomar con pinzas de panadería, para que no me roce la piel, para no sentirlo, para que no me afecte. It's too late, me afectó. Peeero con ciertas actitudes descubiertas me doy cuenta de que a veces no es sólo importante el amor, cuentan muchísimas cosas más que parecen indiferentes y otras que no tanto. Como la sinceridad, la honestidad y esos valores tan ausentes. Como diría Andrés Calamaro "la honestidad no es una virtud, es una obligación". Y si no sos honesto no te merecés mi amor, ni mi atención, ni las millones de lágrimas que vengo derrochando hace tiempo.

Por tercera vez intentaré escribir la entrada que lleva este nombre, un día como hoy, en el que me siento atropellada por la vida pero levantada por mí misma. Comencemos. Últimamente estuve viendo aquellas películas tontas y cursis donde la insulsa se enamora del chico sufrido con una novia forra y poco amable, pasan cosas que benefician a la insulsa y al final se vuelve linda, le roba el chico a la pobre mujer poco amable y todos aman su nueva e insulsa relación. Ok, todos focalizan en la felicidad de la insulsa, pero pensándolo bien ¿por qué nadie se fija si la chica fría y autosuficiente llora y sufre? Supongo que porque le agarraríamos odio a la insulsa y la historia perdería sentido. En fin, yo siento que esto no concuerda con mi vida, que están los roles cambiados, que los que escriben las películas no se enamoraron y vivieron en un frasco de mermelada toda la vida. ¿Por qué la ladrona tiene que ser la buena?. Yo estaba enamorada, vino una insulsa y me sacó todo... yo no era ni forra, ni poco amable, ni fría, ni autosuficiente. Yo dí más de lo que podría haber dado, le hubiera dado hasta mi sangre si me lo hubiese pedido, y salí perdiendo igual. Siempre salgo perdiendo. Nací para perder. Moriré perdiendo. No coincido con esto, me parece descabellado e incorrecto, porque las pendejas sin personalidad (SÍ! SENTITE ALUDIDA! -re que por suerte mi blog no se contamina con tus visitas-) lo toman como ejemplo, lo aplican en la vida real, nos arruinan la existencia a las personas honestas que lo único que pretendemos de la vida es tener un amor verdadero y ser felices. Whatever. Matemos a todos los guionistas, directores y personas involucradas en estas historias que de cuentos de hadas no tienen NADA. Son un infierno, el peor de los infiernos, y me transportan a ellos. Pequeño detalle, en las películas aman a las novias actuales, no a las viejas (y acá es al revés, JA! JA! JA!). Igual it doesn't matter, me sacan de quicio. Comenzó un nuevo año, supongo que deberé hacer una nueva entrada sobre eso.
Si querés ver una película conmigo que no sea "La nueva Cenicienta" por favor.

Remember: Cuando vos fuiste, yo fui y vine 80 veces y señalicé el camino más adecuado. CHAU.