viernes, 7 de enero de 2011

Reflexiones de una mente atrofiada.

Necesito una descarga, necesito algo, ni siquiera se qué es lo que necesito, pero siento un vacío enorme que no soy capaz de llenar con absolutamente nada. Ya está, estoy conforme porque yo fui la que cerró, tiró, escupió y pateó el libro dándole fin a esta absurda historia que no hacía más que destrozarme el alma y llenarme de falsas esperanzas que no sólo me quitaban el sueño sino que también tenían el descaro de ilusionarme. Hablé con el espejo, como hacía antes, llorando un poco quizás, pero no se si de tristeza... creo que era de dolor, del dolor que siento cuando veo que aunque doy todo de mí e intento hasta lo imposible nunca puedo ser feliz. Nunca voy a ser feliz, por eso debo conformarme con cosas superficiales que me hagan aparentar una imposible mejoría. Me dije a mí misma que quizás me sentía más feliz en aquellos tiempos en que tenía un reciente novio, una mejor amiga que me acompañaba hasta en las siestas, un curso de casi 30 compañeros, profesores que me comprendían, recreos con amigos, salidas, pausas en la esquina, esperas antes de la clase de gimnasia, planes a futuro, sueños a cumplir... pero ahora veo que todo eso no era lo que me hacía feliz. Lo que debería hacerme feliz es tener pocos afectos pero sinceros, que no me engañen, que no me mientan, que no se alejen cuando encuentren algo más entretenido que mi presencia, sentir que lo que me falta no es lo que me hace respirar, sentir que puedo estar viva aunque no me sienta así. Porque me siento muerta, más muerta que nunca. Me lo dijo mi psicóloga alguna vez y lo saqué como conclusión personal antes de que ella me lo dijera, me siento muerta cuando estoy sola porque teniendo TANTA ausencia de amor propio, necesito querer a alguien, significar algo para alguien, que alguien me quiera para sentirme un ser humano; y no se como cambiarlo, porque ahora no significo nada, y me siento en agonía constante.
Pero a veces abro los ojos, miro a mi alrededor y me veo... débil, tonta, vacía. Entonces pienso: ¿qué estás haciendo de tu vida?. Es simple, si yo no me levanto y no me peleo el mundo que quiero para mí nadie me lo va a dar, así que YA ESTÁ. ¡Levantate Antonela! Peleá, luchá por lo que querés, no dejes que te roben la ilusión, no dejes que te sigan frustrando, no permitas que te hundan una y otra vez en ese infierno del que ya escapaste hace un tiempo, tomate en serio aunque sea una sola vez, valorate, sentí que sos más de lo que las personas que te abandonan pueden ver, entendé que si se fueron es porque no te llenaban, no te servían, no eran buenos con ni para vos, comprendé finalmente que no todos los afectos son de por vida, que siempre vas a sufrir pérdidas, y te vas a tener que levantar sola porque no siempre hay gente disponible para darte una mano y salir adelante, como vos tenés tus problemas ellos también tienen los suyos.


¡SECATE LAS LÁGRIMAS, FRENTE EN ALTO Y AVANZA DE UNA VEZ, POR FAVOR!


PD: Hablarme en 3° persona suele servir, quizás ahora también.

1 comentario:

  1. Creo que soy la persona menos indicada en opinar algo pero que se yo,no te dejes vencer por algo que quizas no valga la pena aunque nosotras creamos que si, porque muchas veces no es asi, perdemos nuestro tiempo y gastamos nuestras ilusiones.

    Te amo mi doncella suicida. ♥

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