jueves, 17 de diciembre de 2015

Imbecilidades.

No levantarme si no me despertas.
Responderte enseguida aunque me ignores diez años.
Caer muerta ante tu sonrisa.
Amar cada momento cerca tuyo.
Llorar tu ausencia.
Cambiar de marca de cigarrillos para sentir el sabor de tus besos.

Estoy mal, muy mal.

sábado, 21 de noviembre de 2015

"Vos sos hermosa, y me gusta cómo te queda ese vestido"

Viernes.
Primavera, linda noche, calor.
Hacer tiempo, caminar, pensar.
Verte llegar.
Amigos, risas, Placebo, Rammstein, Nine Inch Nails, Korn, Slipknot, vos.
Cerveza, fernet, papas fritas.
¡Qué lindo sos, San Telmo!
Abrazos vergonzosos, miradas encontradas, como la primera vez allá en julio.
Beso va, beso viene, me sonreís. Esos encontronazos feroces que te pintan en la calle. Siempre.
Bolichín. Alcohol y más amigos.
Caminar, no damos más.
Dormir en la calle, dormir en el bondi.
Caminar al rayo del sol.
- Sos lindo
- Vos sos hermosa, y me gusta cómo te queda ese vestido
- Ay mentira
- Parece que le sacaste un mantel a tu vieja, pero estás hermosa
Dormir. Juntos. Otra vez.
¿Por qué?
No me sale, no siento nada. No te quiero.
Dormir. Verte la espalda. No es esa la espalda que quiero ver cuando me despierto.
No es esa la cara que quiero ver, no es esa la respiración que quiero escuchar.
Me doy vuelta, me abrazás, me besás el hombro, seguís durmiendo abrazado a mí.
No pego un ojo.
No puedo, no quiero, me quiero ir.
Pasa la hora.
No duermo, me impaciento, me quiero ir.
Ganas de llorar.
Ganas de darme vuelta y que no seas vos el que está ahí.
Sos lindo, lo sos, sos muy lindo.
Pero no sos para mí, ni yo soy para vos.
Te vas en un mes, no te veo más, no me interesa verte, no te voy a extrañar... creo.
Y mientras me incomoda en demasía tu cercanía, se me revuelve el estómago pensando en cuanto lo extraño.
Él, su perfume, sus besos, sus abrazos, su espalda, su cara al dormir, su respiración en mi espalda, su mirada, su risa, su cara de dormido a la mañana, sus besos con gusto a cigarrillo y cerveza. Todo.
Mi forma retorcida de darme cuenta que estoy enamorada de alguien.
Enamorada de alguien que me ignora.
Y durmiendo con alguien que no me interesa.
Qué cosa la vida, che.

domingo, 15 de noviembre de 2015

2015. No cambio más. 2da parte.

A ver, explicame.
Comentame, decime, haceme entender por qué estoy un domingo a la tarde llorando en la cama como si tuviera diecinueve años.
Pegame en la cabeza hasta que me entre el por qué. POR QUÉ SIGO QUERIENDO DE MÁS. POR QUÉ SIGO ESPERANDO QUE ME QUIERAN DE LA MISMA FORMA QUE YO QUIERO. POR QUÉ QUIERO TENER LA MISMA IMPORTANCIA EN SU VIDA QUE ÉL TIENE EN LA MÍA.
POR QUÉ.
No soporto más esta situación imbécil de ser siempre la que está mal, la que sufre, la que llora, la que no es correspondida. Por qué para los demás es tan fácil? Por qué todos pueden encontrar a alguien y empezar a caminar juntos sin diez mil piedras en el camino como las que encuentro yo?
Siempre siento mal. De más, de menos, a destiempo. Siempre se complica el camino, siempre es todo una cagada. Entonces estoy acá, sufriendo, siendo la pelotuda de la historia, la que sale perdiendo y no puede ganar absolutamente nada.
Me pasa por idiota, por tirar todo a la basura por un flechazo. Por, una vez más, no dejar que el cerebro piense y seguir al corazón en sus eternas carreras que terminan dejándome la cara estrellada contra la pared.
Me merezco este dolor? Me merezco vivir para estar mal? Ya no se ni que es verdad, qué es mentira, que es justo o que es injusto. Sólo se que este dolor es cada vez más grande y me cuesta vivir llevándolo en los hombros.
Me pesa, me duele, me frena, me desinfla, me saca las ganas de todo.
Tu ausencia, tu indiferencia y tu desamor me pesan, me duelen, me frenan, me desinflan y me sacan las ganas de todo.
No pido más que un beso, una sonrisa y un abrazo, pero parece que por algún motivo no soy merecedora de eso. Y acá me quedo, y acá te espero, hecha pedazos (otra vez).

miércoles, 12 de agosto de 2015

2015. No cambio más.

Pasaron muchas cosas, muchos años, mucha vida... ponele.
De repente te levantás una mañana y ves que tenés 23 años, te levantás temprano todos los días para ir a laburar y en diciembre te recibís. No sabés si te termina de cerrar la carrera que elegiste, pero te recibís. Vas a ser licenciada, te van a tirar cosas horribles y a tus papás les van a brillar los ojos de orgullo. Vas a ver que te rompiste el orto cinco años (aunque nunca saliste de media máquina o 3/4 de máquina teniendo en cuenta tus posibilidades), y el esfuerzo se ve reflejado ahí, en un par de abrazos y un papel que dice que no tenés que ir más a cursar. Para mí, es más que suficiente.
Cuántos altibajos emocionales pasaron en dos años, no? Muchos. Muchísimos. Salir de una relación de 4 años para zambullirte en otra puede parecer fácil, pero no lo es. De repente te ves encerrada, con un anillo en el anular derecho y planeando formar una familia al mediano plazo.
No, soy Antonela, no me hables de mediano plazo. Ni siquiera me hables de corto plazo, si es por mí viviría de improviso, pero tampoco me es muy útil. Controles, gritos, violencia verbal. Un día me agarró la loca y me fui para no volver. Y volvía, esporádicamente, pero no era para siempre. No lo fue, acá estoy, lejos, bien.
Después apareció un exprimidor disfrazado de 'amor y contención'. Ahora veo que me contiene más comprarme un par de jeans que me marquen el orto, o pagar la cuota de danzas y saber que voy a tener un cable a tierra el resto del mes.
Siempre me decían que tenía que pensar en mí. Jamás lo hice. Lo hago ahora, a la fuerza, porque me dejan sola y no hay nada más en que pensar. Quizás también sea útil, qué se yo.
Volví, a mi blog, con un expansor y un par de tatuajes. Con muchas experiencias vividas, gratas y no gratas, 'resistiendo golpes que me hicieron crecer'.
Cuando el exprimidor dio su sabio paso al costado (gracias universo), apareció.
Hablábamos después de esa vez que me subió a un mosh, y de haberlo visto un rato unos meses antes mientras comía una hamburguesa completa en un sucucho de Flores. La banda de nuestras vidas siempre nos dio un tema de conversación y un par de risas, supongo que reírse siempre es bueno.
Salimos, comimos, charlamos, más de lo mismo. Lo veía tan desde abajo que no sabía cómo mantenerme entera. Definitivamente, no pude mantenerme entera.
Volvimos a salir, esta vez con sus amigos, y ahí empezó todo. No puedo escuchar 3's & 7's de QOTSA sin pensar en él. La paradoja más graciosa es que dejé a mi ex saliendo de un recital de QOTSA. Después no pregunten por qué es una banda tan significativa en mi vida.
Pasó un mes y creo que ya estoy hasta los hombros, levantando la cabeza para ver si puedo seguir respirando un poco. No creo que dure mucho más así, me sonríe y me muero.
La parte 'importante' es que ya no se que hacer cuando me siento así. Cuando era adolescente era divertido y gracioso. Ahora me desconcentro, no coordino, me pongo fastidiosa. Más cuando pienso en todo lo que es, y en todo lo que soy. Tengo miedo de dejar relucir mi 'anormalidad' y hacerlo huir.
Por qué? Porque una persona normal no tiene cicatrices de haberse cortado toda la adolescencia con un filo de sacapuntas. Seamos honestos, no me hago la rara, un poquito me fallaba (me falla, ponele). Y después veo todo lo que construí y le puedo dar, y me calmo. Después pienso que estoy corriendo una maratón y me voy a dar la cara contra una puerta de vidrio. Mi vida siempre se trató de cebarme y darme la cara contra algo, más de lo mismo.
Así que tengo mil sensaciones encontradas (dije sensaciones, no dije sentimientos, bien). Y también tengo hambre. Y principalmente, tengo mucho trabajo para hacer y estoy acá vomitando mis miedos.
No cambio más.

domingo, 24 de febrero de 2013

De nada sirve (escaparse de uno mismo)

Y una vez más, estamos a fines de febrero. No diré que se me volaron las vacaciones porque estaría mintiendo. Convengamos que desde diciembre estaba tachando los días para irme a la costa y desde que volví estoy insoportable y llena de quilombos que no puedo manejar (lo que además, me alarga los días, y sobre todo las noches). Duermo mal, sueño todas las noches con la misma persona en diferentes situaciones, tengo pesadillas con mi perro muerto, me parece un poco demasiado.
Pensé seriamente en volver a escribir poesía, donde vuelco toda la angustia y puedo dormir sin despertarme con el dolor de los dientes apretados. Pero recuerdo ciertas cosas, ciertos escritos que releo y no me gustan, las comparaciones con Alejandra Pizarnik (que de hecho me parece una falta de respeto a mi adorada Alejandra). El miedo de terminar fuera de mí misma, en una especie de universo paralelo, donde ni siquiera yo voy a entender qué me pasa. Y creo que estoy flasheando un poco.
Mañana vuelvo a desconectarme de este mundo que me hiere y me hace llorar. En parte fue un buen presagio que se me rompa el celular, creo que si no se me rompía el celular me reventaba el cerebro, está sobrecargado de cosas feas e internet no es beneficioso cuando tenés las ideas cruzadas, ya lo viví hace muchos años, tengo experiencia, no hay forma de que me refuten esta idea, en serio.
¿Debería ser tan simple para mí como para la gente que me aconseja? O sea, todos me dicen "pensá en vos y en lo que sentís". 1. Nunca pensé en mí, no voy a hacerlo ahora. 2. No se qué es lo que siento. 3. Si hiciera lo que me dictan mis entrañas saldría a arrancar ojos como el de The Following, y no me beneficia en nada.
Por ende, pienso. Y no hay nada peor para una mente perturbada que seguir pensando. Porque me duermo pensando cosas y me despierto (otra vez) con ese espantoso dolor de dientes que no siento desde mis épocas de ortodoncia (sí, usé aparatos pero los que se sacaban y nunca terminé el tratamiento, algún día lo haré, mis dientes son un espanto).
¿Qué más puedo hacer? Me aburrí de sentirme mal, de tener ganas de llorar y no poder sacar ni una lágrima, de pelear por mensaje de texto, de empezar a las puteadas en el medio de la calle, de hablar y buscar conversación con la misma persona todos los días para respirar un aire diferente (hasta que me doy cuenta que deberían darme un premio en remo). Y nada sirve, todo me hace maquinar.
De repente me acordé de la canción de Moris y la puse de título. O sea, ese tema es una flasheada, pero esa frase es demasiado cierta y la verdad que puedo tomarla hasta como consejo. Deberé calzarme los pantalones una vez más, ponerme corrector de ojeras, delinearme, arquearme las pestañas, clavarme un rodete sin ganas, levantar la vista y salir a comerme el mundo (o que el mundo me coma a mí, una vez más). Suerte para mí, porque la suerte es para los mediocres, and that's what I am.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Fin de año.

Hola, se termina el año, me molesta hasta que suene el teléfono. Ups, era mi papá. Bueno, perdón, no deja de molestarme que suene el teléfono a cada rato.
¿Sabés que me jode? Que me quieran tomar el pelo. Y por primera vez no hablo de novio, ni familia, ni amigos. Hablo de ex lugar de trabajo. No sólo ex lugar de trabajo, sino el lugar donde me crié, y creo que por eso me da más bronca. Bueno, no importa, no les voy a contar todos los quilombos que tengo con ese lugar que tanto amaba y hoy no quiero ni pisar.
Creía que yo únicamente era la que se ponía insoportable en esta época del año. Pero NO, son TODOS, y mi poco grado de tolerancia va a hacer que vuele un cenicero al estilo Su Giménez en la cabeza de alguien para que finalmente se callen y me dejen escuchar el silencio que hace tanto tiempo no puedo oír.
No se que libro leer, estoy entre Stephen King y Nietzsche (sí, ya se, nada que ver). Con perdón de los bestsellers lovers, estoy intentando leer Cincuenta Sombras de Grey y cada vez me parece más pelotudo; pero no quiero dar una opinión 100% segura antes de terminar de leer, siempre me jodió que la gente critique sin saber. Lo que encuentro es que está escrito como Crepúsculo, las personalidades de los personajes principales se parecen, la forma de la historia se parece... y tengo 20 años, y la saga de Crepúsculo la leí a los 16, ya no estoy para esas cosas. Como dije en twitter, si quisiera leer sexo explícito terminaría el libro de Sade que jamás terminé porque me daba un poquito de asco. No es por agrandarme, pero creo que mi intelecto está para algo más que un bestseller de popularidad efímera. Basta, dije que no iba a fundar una opinión hasta terminar el libro, me planto acá.
Cambiando de tema, llega el verano y yo no bajé los 8 kg de más que tengo. No tengo en mente ir al gimnasio, ni comer verduras, ni salir a correr, ni comer alfajores y vomitarlos de inmediato. Lo único "productivo que hice" fue cambiar de Schweppes Pomelo a Sprite Zero y comer un poco menos (en cantidad, en el almuerzo). En pocas palabras, NADA productivo. Pero no importa, porque en un mes me voy a la mierda aunque esté hecha un elefante marino.
Basta de gente, basta de mala onda, basta de todo. Respirá hondo y mandá todo a cagar.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

¡Qué placer verte otra vez!

Que dure la noche, noche de hoy. Que dure la noche... que con vos estoy.

martes, 20 de noviembre de 2012

Y ponele que me copia hasta los títulos de las entradas de blogger . . .

Surprise, motherfucker.

El boomerang de la vida.
Siempre vuelvo donde empecé, nada cambia. Pasa el tiempo y sigo acá, estancada en lo mismo, pensando en las mismas cosas que hace años, con los mismos sufrimientos acumulados.
Es así, la facultad y el trabajo me consumen un poco... y prefiero hacer pequeños descargos en twitter antes de vomitar diez millones de quejas en un texto de un par de párrafos. Creo que aburro a la gente con lo mismo, como la gente me aburre a mí, cosas que pasan.
Cuando mi vida está acomodada en una rutina asesina y de vez en cuando lanzo una carcajada empiezo a sentir que el sol brilla para mí. Pero después, cuando llega la noche, cuando estoy abajo de la ducha o mirando el techo pensando qué twittear digo: "la pucha! no es todo tan lindo como pensé". Y pienso, y maquino, y lloro, y quiero mandar todo a la mierda... hasta que cierro los ojos, me duermo y me despierto con cara de idiota y pensando que todo se arregló.
Pienso si tengo que volver a terapia, o gritar a los cuatro vientos todo lo que me hiere, quizás ser un poco menos permisiva con las personas que suelen lastimarme, darle menos importancia al afuera, no estresarme, disfrutar lo que hago. Hay millones de alternativas y siempre elijo la peor: tomar cada día como si fuese una tortura a soportar. Ese es mi error, ¿no?. Sí, ponele que sí.
Algún día cambiaré, como me lo vengo proponiendo hace 5 años. Si no, seguiré molestando a la gente que lee estos humildes renglones. Gracias.

sábado, 16 de junio de 2012

Animalito doméstico chiquitito

Cuando me desperté sonreí
No era por vos ni por mi
Sino porque vi el reloj
Era muy temprano
Y podía seguir durmiendo.
No me gusta soñarte porque después no me acuerdo
No me gusta pensarte porque flasheo y me paso la parada del bondi
No me gusta no recordarte porque siento culpa.
Todos esos sentimientos se juntan y estallan en mí.
No me estupidiza que me mensajees
Ni me enamora que me hables al oído
Prefiero quedarme tranquila, en lo mío,
Siempre me acompaña tu beso en la mejilla
Lo veo y sonrío, y me acuerdo y flasheo
Y me sigo pasando la parada del bondi.
Cuando veo departamentos en alquiler
Sueño despierta una vida nueva e independiente
Después recuerdo que el banco tiene mi mísero sueldo
Que no me gusta limpiar, no se cocinar
Y no tengo ni un electrodoméstico. No da.
Como galletitas y me quejo de mi peso
Le tengo miedo a la muerte y sigo fumando
Quiero ser perfeccionista y no me siento a estudiar
Quiero que me miren y no me peino ni me maquillo.
Me gustan los problemas, me considero mala persona.
Estar distanciada con la gente me hace sentir independiente.
Me gustan las mujeres, su cuerpo, su forma de besar
Pero hay una sola persona que puede enamorarme
Y está del otro lado, peinándose el flequillo, rapándose el costado.
Se me acalambra la mano por mi forma de escribir.
Es el precio de creerme superdotada y aprender a los tres años.
Dormir, estudiar, comer, rezar, ayudar, amar.
Jamás podría tener un estilo de vida normal
No me vengas con cuentos, no quiero cambiar.
No me siento bien pero tampoco mal.
Estoy estable. Respiro, escribo, imagino.
No necesito nada más.